El Ichinén denuncia ataca de nuevo. Este último fin de semana se desarrolló en Buenos Aires una expo sobre sexo, llamada Xex. Si, si, exposexo, como lo oyen. Mi instinto de periodista curioso quiso saber de que se trataba. Así que me mandé. Como odio chapear a menos que sea necesario, me decidí a pagar la entrada como todo el mundo. El lugar era un boliche conocido como “Palacio”, pero el cartel de la puerta decía que era “State. Supuestamente una expo de juguetes y lencería erótica es algo mediano o pequeño, no muy grande, con un boliche alcanza. No obstante esto, el precio de la entrada era de $50, con un descuento del %20 por llevar el cartón que yo tenía. Encima el gato que te atendía, me dice que la entrada lo especificaba. Como me la retuvieron, no lo podía afirmar o negar. Pero no conforme, me fui adonde habíamos conseguido las postales de descuento y confirme que el precio de la entrada no lo decía en esa postal. O sea, asquerosas mentiras que nada tenían que ver con el sexo. Nunca supe cuanto salía la entrada porque el descuento del %20 hasta las 22 hs, bien gracias. Como éramos tres, pensamos que era $50 en total, pero a mi no me daban las cuentas. Cuando confirmamos que era $150, nos dimos media vuelta y salimos como entramos, o mas rápido. Los patovicas de la puerta, típicos botones de boliche, poco cerebro y mucho mal humor, nos dejaron pasar mas rápido que a la ida. De salida, ni mu, pero cuando entramos nos trataron como basura, otro caso típico de un patovica.
Ahora bien, algo que es una pedorrada que organizan unos “don nadie”, amparado por estos mafiosos de los boliches. Que para más INRI, ahora hacen piquete la mafia narcobolichera. Es sotto voce que en los boliches se vende droga, pero quien la deja pasar o la distribuye. Ah, ese es otro tema, como diría un colega muy conocido.
Volviendo a nuestro tema. Para hacer comparativas. La Star Wars exhibition salía $35, venia de EEUU, a precio dólar. Este Xex no viene a precio de Euro y te fajan $50. Nos vieron la cara de desesperados. Como no soy uno, me fui antes de ser estafado por esos dos gatos baratos que te atendían en la puerta y te anticipaban la mala calidad de lo que ibas a ver.
Ichinén denuncia en su salsa.