sábado, septiembre 28, 2013

Entrevista a Hugo Biondi.

(Nota originalmente escrita para taller de expresión III-Gráfica)
Él inauguró la carrera de comunicación, siendo de la primera camada de egresados. Hoy se encuentra del otro lado, enseñando periodismo en la escuela de Marcelo Araujo. Hugo Biondi, estudió durante los años 80, en una cursada que aun estaba dando sus primeros pasos cuando el gobierno de Alfonsín daba los tropiezos finales. Él lo ve como una época muy interesante, de mucha apertura a temas y cuestiones que hasta no hacía mucho se encontraban vedadas. Venidos de una etapa de oscurantismo, focalizando en la cuestión mediática en este caso, Hugo la considera como una situación de oportunidad inestimable. Un momento histórico de la vida académica donde todo era posible, descubriendo por primera vez autores y bibliografía que eran tabú. En ese momento que considera como de ensueño, tuvo como profesores a Carlos Ulanovsky y Tomás Eloy Martínez entre otros, nombres que hoy resuenan y se leen como grandes referentes.
Aun antes de terminar la carrera, estando en tercer año, encontró un aviso en la revista “Crisis”, que informaba sobre un taller de redacción. Este era dado por Vicente Zito Lema, quien deseaba armar un plantel de gente joven. Seis meses más tarde, salía Fin de Siglo, una revista con Zito Lema al frente y muchos jóvenes acompañando. Aunque la revista duró únicamente diez números, él la considera una “flor de experiencia”. Al ser una publicación de cultura y sociedad, se requería tener una versatilidad clave, ya que los temas eran muy variados y distintos. Allí descubrió que lo suyo era la escritura en medios gráficos. Un medio que permitía una forma de abordar la noticia de una manera más analítica. “Mi estilo es reflexivo, de encontrar el lado distinto de la situación, donde el análisis predomina por encima de todo”; explica reflexionando y también en el ámbito de su aula como parte de la labor pedagogica. Esta es la forma que él entiende como modo de ser y hacer de los medios gráficos, prefiriendolo antes que a la televisión o la radio. A diferencia de las coberturas de noticias en esos medios, en los cuales interesa más un golpe de efecto, él prefiere ese análisis de los hechos como estudio concienzudo de lo ocurrido. Hugo considera que el periodista gráfico tiene otros tiempos y puede ahondar en las causas y antecedentes de una noticia, aprovechando ese margen temporal en función de profundizarla. Por eso prefiere escribir en diarios y más aun en revistas, que permiten más tiempo de reflexión todavía. Por este gusto personal es que hoy en día colabora con las revistas Caras y Caretas y Un Caño, luego de su andadura en diversos diarios.
 “Esto me pasó en Página 12, donde cubriendo una noticia de futbol, no podías solo contar como había sido un partido, sino también relacionarlo por como esto refiere a nuestra idiosincrasia, como se relaciona sobre como somos los argentinos”, comenta usando como caso ejemplificador el de un jugador que simula un penal. Un dato no menor, cuando se habla de la picardía nacional. Algo que le apasionó es ese transitar este derrotero analítico en cada nota, diseccionando las pautas culturales en un simple encuentro deportivo. El desafío de encarar una noticia de esta manera, convertía una crónica deportiva en algo más cercano a un ensayo sociológico que a un mero relato de pases y gambetas. Hoy repite a sus alumnos, el planteo de este desafío, de ir más allá de la noticia y ver que por debajo de la superficie. “Cuando se dice que un equipo levantó el pie del acelerador, es por una consideración que tenemos los argentinos para con el caído. Como una cierta lealtad para con el otro.” explica Hugo al referirse al cierre de un partido que ya está definido como goleada. Mostrando esa característica tan argentina de ser más leales que legales. Como caso contrapuesto, plantea la idiosincrasia inglesa, que se circunscriben a un rígido marco de legalidad. No entendiendo la solidaridad en los mismos términos que los argentinos.
Su paso por Página 12 dista por diez años de esa primera experiencia en Fin de siglo, el año del mundial de Francia, evento que le tocó cubrir. Por otra parte, ha trabajado mucho tiempo para Clarín y la revista Ñ, participó en la fundación del diario Sur (ahora Miradas al Sur) y ha escrito varios libros biográficos. Uno sobre Leonardo Fabio, otro sobre el pianista Miguel Ángel Estrella y el último acerca del boxeador Sergio Víctor Palma.
Los alumnos de la escuela de periodismo deportivo, pueden ir hoy más allá de lo anecdótico y profundizar en las causas rizomaticas de cualquier evento. La formación de la Universidad de Buenos Aires hace jueguitos en el aula, para un profesor que tiene puesta la camiseta de periodista.

sábado, septiembre 14, 2013

Si, existen los dragones.

(Nota originalmente escrita para taller de expresión III-Gráfica)
Los dragones no existen, aseveran algunas personas. Para Ciruelo Cabral, conocido como el señor de los dragones, alguna gente descree tristemente de la existencia de tan maravillosas criaturas. Pero él es mucho más que solo un ilustrador de fantasía, es también un argentino notable como su Santidad Francisco y o Diego Maradona.
Desde chico le había gustado dibujar, comenzó a estudiar a los trece años en el instituto Fader, algo prodigioso para alguien de tan corta edad. Todavía en ese entonces, era solamente Gustavo Cabral. El nombre de Ciruelo que dejaría grabado a fuego de dragón, vendría más adelante. En aquellos momentos primigenios, hizo ilustraciones para su propia banda musical, llamada Engendro.
"A veces me acuesto y, de repente, asoman a mi cabeza imágenes, muchas imágenes, combinaciones de colores y formas, hasta que llega un punto que no las puedo retener todas en mi mente y debo plasmarlo", intenta relatar él mismo como es su proceso creativo.
Trabajó para importantes medios del mundo y ha dado vida a multitud de personajes en numerosas portadas de libros. Entre estos muchos, los de la trilogía Chronicles of the Shadow War, escrita por George Lucas, y continuación de Willow, película preferida de Ciruelo. Las revistas por las que trazado líneas son innumerables, desde Fierro hasta Humor, pasando por Uno Mismo y Playboy. Las portadas de discos también han disfrutado de su mano. Artistas como Steve Vai, Eliseo Subiela lo han convocado, este último para que ilustrara la portada del soundtrack de Hombre mirando al sudeste. Todo esto, ha logrado que Ciruelo Cabral sea el artista plástico más completo de la actualidad.
 “Ilustrador es una palabra que no me molesta en absoluto, aunque artista también me definiría bien. Esta última abarcaría también mis facetas de músico o escritor, que aunque menos difundidas, son igualmente sentidas.”
Para el año 1987, se mudó a España en parte debido a la situación económica de la Argentina y en parte para alejarse de la publicidad. Era hora de ampliar los horizontes. Vive en Sitches desde entonces, en la provincia de Barcelona, con su esposa Daniela. La decisión de quedarse a la costa del mar Mediterráneo fue por su cercanía con los amigos y colegas tales como Horacio Altuna y Juan Gimenez, entre otros. Aunque Ciruelo ha sido más catalogado como un ilustrador de fantasía épica o por ser Lord Dragón, su obra abarca mucho más.
“Lo que busco con la técnica más realista es que un escritor que está escribiendo sobre un mundo de dragones y elfos tenga en la portada una foto de algo que no puede existir, que le dé un apoyo más real, entre comillas, a lo que el lector está leyendo. Ayuda a crear un mundo un poco más creíble.”
Dragones, portadas de discos, tapas de libros; algo más faltaba. Esto no era lo único que el artista nos llegaría a brindar.
Fue cerca de donde vive actualmente en las afueras de Barcelona, por donde cruza un arroyo, que nacieron sus famosos petropictos (palabra inventada por él, combinación de “petro – piedra” y “picto – dibujo”). En una de sus caminatas encontró una roca, como otras muchas veces y comenzó a imaginar un dibujo en torno a la forma del mineral. “La piedra me dice algo y esa forma es la que dibujo sobre ella”, explicaría luego relatando el génesis de esta amalgama de artes. A mitad de camino de la pintura y la escultura, o mejor dicho, mucho más allá, el Petropicto es una amalgama de técnicas, arte e imaginación.
“Dibujar es materializar algo que hasta ese momento era abstracción. Ya es un acto de magia. Es manifestar algo que no tenía forma.” El ilustrador afirma que el arte está ''en la mente y el espíritu'' y la técnica es ''nada''.
Ciruelo no talla la piedra, respeta la forma que la naturaleza le ha dado. Cuando encuentra la roca, esta lo lleva a imaginar la forma a dibujarle encima. El neo-arte del petropicto se basa en no moldear la piedra, sino usarla para crear una pintura que tenga tridimensionalidad. Sin llegar a ser escultura por que no se esculpe ni un detalle, pero tampoco siendo simplemente pintura sobre roca, ya que aprovecha la forma del relieve y la textura de la superficie a pintar, como una pieza clave del proceso artístico.
Luego de ver la obra de este creador de mundos, uno no puede negar que verdaderamente existen los dragones.