Los dragones no existen, aseveran algunas personas. Para Ciruelo
Cabral, conocido como el señor de los dragones, alguna gente descree tristemente
de la existencia de tan maravillosas criaturas. Pero él es mucho más que solo
un ilustrador de fantasía, es también un argentino notable como su Santidad Francisco
y o Diego Maradona.
Desde chico le había gustado dibujar, comenzó a estudiar a los
trece años en el instituto Fader, algo prodigioso para alguien de tan corta
edad. Todavía en ese entonces, era solamente Gustavo Cabral. El nombre de
Ciruelo que dejaría grabado a fuego de dragón, vendría más adelante. En
aquellos momentos primigenios, hizo ilustraciones para su propia banda musical,
llamada Engendro.
"A veces me acuesto y, de repente, asoman a mi cabeza imágenes,
muchas imágenes, combinaciones de colores y formas, hasta que llega un punto
que no las puedo retener todas en mi mente y debo plasmarlo", intenta
relatar él mismo como es su proceso creativo.
Trabajó para importantes medios del mundo y ha dado vida a
multitud de personajes en numerosas portadas de libros. Entre estos muchos, los
de la trilogía Chronicles of the Shadow War, escrita por George Lucas, y
continuación de Willow, película preferida de Ciruelo. Las revistas por las que
trazado líneas son innumerables, desde Fierro hasta Humor, pasando por Uno
Mismo y Playboy. Las portadas de discos también han disfrutado de su mano.
Artistas como Steve Vai, Eliseo Subiela lo han convocado, este último para que ilustrara
la portada del soundtrack de Hombre mirando al sudeste. Todo esto, ha logrado
que Ciruelo Cabral sea el artista plástico más completo de la actualidad.
“Ilustrador es una palabra
que no me molesta en absoluto, aunque artista también me definiría bien. Esta
última abarcaría también mis facetas de músico o escritor, que aunque menos
difundidas, son igualmente sentidas.”
Para el año 1987, se mudó a España en parte debido a la situación
económica de la Argentina y en parte para alejarse de la publicidad. Era hora
de ampliar los horizontes. Vive en Sitches desde entonces, en la provincia de
Barcelona, con su esposa Daniela. La decisión de quedarse a la costa del mar Mediterráneo
fue por su cercanía con los amigos y colegas tales como Horacio Altuna y Juan
Gimenez, entre otros. Aunque Ciruelo ha sido más catalogado como un ilustrador
de fantasía épica o por ser Lord Dragón, su obra abarca mucho más.
“Lo que busco con la técnica más realista es que un escritor que
está escribiendo sobre un mundo de dragones y elfos tenga en la portada una
foto de algo que no puede existir, que le dé un apoyo más real, entre comillas,
a lo que el lector está leyendo. Ayuda a crear un mundo un poco más creíble.”
Dragones, portadas de discos, tapas de libros; algo más faltaba.
Esto no era lo único que el artista nos llegaría a brindar.
Fue cerca de donde vive actualmente en las afueras de Barcelona,
por donde cruza un arroyo, que nacieron sus famosos petropictos (palabra
inventada por él, combinación de “petro – piedra” y “picto – dibujo”). En una
de sus caminatas encontró una roca, como otras muchas veces y comenzó a
imaginar un dibujo en torno a la forma del mineral. “La piedra me dice algo y
esa forma es la que dibujo sobre ella”, explicaría luego relatando el génesis
de esta amalgama de artes. A mitad de camino de la pintura y la escultura, o
mejor dicho, mucho más allá, el Petropicto es una amalgama de técnicas, arte e
imaginación.
“Dibujar es materializar algo que hasta ese momento era
abstracción. Ya es un acto de magia. Es manifestar algo que no tenía forma.” El
ilustrador afirma que el arte está ''en la mente y el espíritu'' y la técnica
es ''nada''.
Ciruelo no talla la piedra, respeta la forma que la naturaleza le
ha dado. Cuando encuentra la roca, esta lo lleva a imaginar la forma a
dibujarle encima. El neo-arte del petropicto se basa en no moldear la piedra,
sino usarla para crear una pintura que tenga tridimensionalidad. Sin llegar a
ser escultura por que no se esculpe ni un detalle, pero tampoco siendo
simplemente pintura sobre roca, ya que aprovecha la forma del relieve y la
textura de la superficie a pintar, como una pieza clave del proceso artístico.
Luego de ver la obra de este creador de mundos, uno no puede negar
que verdaderamente existen los dragones.
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