Me hace muy feliz verte lo puro y bueno en esta existencia, como un coloso rodano.
Observo como te conmueve un paisaje cambiante y líquido, territorio de Poseidón.
Pasear por los jardines de la frescura, que no cuelgan, y aun así son el más hermoso decorado.
Tu cosmovisión de belleza, busca en el mundo lo mismo que anida en tu corazón.
El mismo que es un faro que me orienta, cuando me veo azotado por las mareas del medio ambiente.
Sos la diosa de la caza cuyo templo es el universo y cuya presa es la bondad.
Aunque no soy un dios supremo sentado en su trono de Olimpia, me ensancha tanto el pecho como la mente.
Quiero descansar pero no como Mausolo en su reposo final, sino atesorado por tus brazos de maravilla femenina que descubrí.
Maravilla de mujer no le tiene nada que envidiar a las pirámides de los tres reyes enterrados, porque tu amor es vida. Para darla y disfrutarla juntos.