Los perros vendran a pedir la ayuda del lobo.

Estoy mas iluminado o mas alterado, creo que lo primero. No me altera nada en estos tiempos, pero si hay ciertas cosas que me molestan. Por ejemplo, que ciertas personas prefieran ignorar mi existencia. Pero aja, cuando alguien necesita ayuda o las papas queman, a quien llaman? Asi es, a mi, Ichinen. Y no es que no quiera ayudar a alguien, todo lo contrario. Me molesta la indiferencia, o la diferencia de hecho y per se, para despues venir a rogar por clemencia y misericordia. Esto queda expresado en la frase, "los perros vendran a pedir la ayuda del lobo." Esto es tan cierto como que el estado mas bajo es el infierno, hablando de los estados del ser humano. Antes me decian "Lobo", en tiempos lejanos y violentos, pero no he cambiado el totem aunque si la idea y el nombre. Mi totem es el lobo, me identifico con ese animal. Protejo a mi seres queridos, a los mios, a mi manada. Soy feroz si me incordian, soy algo solitario como el lobo en la montaña. El cual esta en su mundo, conjugando su ser entre las estrellas y el universo. Tengo la caracteristica independencia del lobo en ese caso, vivo bajo mis propias directrices y no existe mas autoridad. Pero tambien se andar en manada, siguiendo al lider, al cual le reconozco su autoridad. Y volviendo a los perros, la analogia continua. Los perros piden, se hacen los "muertitos" (un saludo a Miguel, aunque no sea perro). Un perro es mas cobarde en ocasiones, aunque se carateriza por su valentia innata. Pero su fidelidad lo pierde, a un perro lo podes apalear y siempre vuelve. Es mas tonto en ese sentido. Me gustan los perros, pero mas me gustan los lobos. Ellos estan mas cercanos a mi. Y Ahora, este lobo recibe marginacion de parte de los perros que lo rodean, los cuales parecen los mas pateticos de su especie. Como si no existiera, como si no fuera importante. Yo me quedo tranquilo, recordando que ocurrira como siempre, "los perros vendran a pedir la ayuda del lobo, la mia."
Yo, Ichinén. Soy la persona mas afortunada del universo. Viva la revolución humana