Es raro hacer metamorfosis a nivel físico, espiritual, mental, me duele todo el cuerpo por el entrenamiento. Entrenado por el enemigo, bueno casi. Estamos viviendo tiempos extraños, en los cuales, antiguos enemigos dejan de serlo para resultar útiles. Y hasta quizás fundamentales. Las vueltas que da la vida, casi como una montaña rusa, tanto que me dan ganas de devolver. Devolver este mundo que me endilgaron.
Mi corazón esta mas raro aun, no siente entusiasmo ante nada de lo que tenga enfrente. Creo que estará relacionado al último rechazo, pero aun así, lo encuentro demasiado frío. Miedo? Quien sabe? No soy incapaz de sentirlo, pero no por eso me impide actuar. Por ahora, solo estoy viendo como se desarrollan los acontecimientos, conociendo, indagando. Aunque cada día que la vea, me interesa más. Esta frialdad, me da la paciencia para con paso calmado y aflojar el ímpetu. Aunque en los últimos tiempos, me he sentido muy solo y aislado. El lema ha sido el que dice el gosho y que esta aquí de titulo: “Aunque todas las deidades me abandonen…”
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