miércoles, octubre 23, 2013

Cabandié o el invento del hombre del bicentenario.


Se ha dicho mucho sobre Juan Cabandié. Por esta razón es que amagó este ensayo para contar una experiencia propia. Algo que está fuera de toda discusión, ya que son mis ojos los que presenciaron lo que voy a relatar. Hace unos cuantos años ya, no más de cinco, trabajaba en un estudio de televisión independiente. En este en particular, se alquilaba el espacio por horas para que el cliente filmara su programa. Generalmente haciamos programas en cable o de la incipiente TV satelital. Uno de estos era el del entonces diputado Héctor Recalde.
La primera vez que vi a Cabandié fue en uno de esos programas que filmamos. Era tan solo un nieto recuperado, lejos estaba todavía la elección a legislador porteño. Era imposible no condolerse de su historia como contaba que su apropiador, un militar que lo menospreciaba y desmerecía, además de ocultarle la verdad, intentaba inclinarlo para la "derecha". Contaba como en la biblioteca de ese hombre estaba "el otro Nunca Más", entiendase la versión facha del informe de la Conadep. El mismo libro que circulan fragmentos por mail y presentaciones power point, santificando a los muertos por la guerrilla. O sea, algo como lo que el gobierno hace con los desaparecidos.
Es triste ver como Juan Cabandié pasó de ser ese joven con el que uno se identifica a un energumeno más en la patota peronista. Diciendo que se bancó la dictadura. ¿Si nació en 1978, que dictadura recuerda? ¿La recuerda o se la contaron? Yo si recuerdo la dictadura, nací un año antes, pero recuerdo sobre el final como eran las escuelas primarias en el 83. Porque Alfonsín no asumió hasta diciembre y las maestras eran más duras que el sargento más jodido del regimiento. En los centros educativos te trataban poco menos que igual que en un correccional. ¿Así que, Cabandié, fuiste a una escuela pública para juzgar el esquema completo? ¿Recordás la guerra? ¿Estuviste entre los asesinados? ¿Pasear por la ESMA no es conocer ese pasado? ¿No es indagar profundamente y someter a revisión lo que se cree y lo que se entiende? ¿De que juventud maravillosa hablan? ¿De la manipulada como juguete por Perón para poder volver a morirse en el poder? ¿De los violentos que quisieron ir en una dirección, cuando el pueblo iba en la contraria? Parece ser que no solo reescriben la historia, ahora también haber sufrido da derechos. Entonces, demosle a los oncológicos todo el poder, con esa metódica. ¿Cabandié sufrió? Ok, seguro que es probable. Pero... ¿Es el único? ¿Nadie más sufrió la dictadura? ¿Nadie más tiene familiares desaparecidos? ¿Nadie más tiene dramas o tragedias en su vida? Creo que peca de un alto egoismo quien se considera el único dólido en cualquier situación que engloba más personas.

domingo, octubre 13, 2013

Toquen cumbia que para algunos murió.

Las circunstancias donde uno debe realizar un trabajo encargado son engorrosas en la mayoría de los casos. Por inconveniencias personales, motivos aleatorios, etc. Si es para un trabajo de la facultad, como para taller 3-gráfica digamos, los inconvenientes surgirán sin falta. Es claro que llegando a la cima de la montaña, los vientos son cada vez más fuertes. Está modalidad de la vida funciona cuando llegando al día de un parcial te pasa de todo. ¿Pero como le llamamos a un inconveniente que es un cúmulo de mal entendidos, un poco de ego desatado y una indiferencia poco feliz?
El desafío fue entrevistar a un periodista que haya realizado un libro de investigación periodística. A mi me fue complicado conseguir el mío, y eso que tenía dos opciones por dos libros que ya tenía en mi poder y uno ya leído. Y tuve que sobrepasar la sobrecarga de trabajo de mi entrevistado, su afonía, diversos obstáculos que me ocurrieron. Ese era el desafío, no hacer la entrevista en si y preguntarle un montón de pavadas. Remar en contracorriente y sobre superficie de dulce de leche era el reto que se nos planteaba. Para otros compañeros míos no fue tan fácil, ya que su posible entrevistado les mando a un paseo laaargo, bastante largo. Cuando lo intentaron contactar por su libro “Si querés, quereme transa”, esto fue lo que respondió en su blog, negándose a responder mails de los alumnos de la UBA:
“¿Por qué santo motivo tantos profesores de periodismo de este bendito país consideran que sus alumnos aprenderán a hacer periodismo entrevistando periodistas? La calle está llena de historias muchachos, la calle, el barrio, el country donde viven sus alumnos, todo el puto mundo está repleto de historias por contar! No solo eso: los mandan a entrevistar colegas --si es que estos profesores son periodistas-- sin haberlos hecho leer los libros escritos por esos colegas, sin haber hecho archivo, sin preguntas, sin ideas. Finalmente, el saber popular: la culpa no es del chancho." Cristian Alarcón.
Aunque según este link, dio una charla para la gente de TEA, donde expresó cuestiones diferentes a la que nos ocupa:
http://www.teaydeportea.edu.ar/cristian-alarcon-uno-hace-periodismo-narrativo-por-el-afan-de-trascendencia/
Esto dice su biografía de Wikipedia: Cristian Alarcón Casanova (La Unión, Chile, 1970) es un periodista y escritor chileno, residente en Argentina. Ver mas.
¿Discriminación a los alumnos UBA? ¿Un escritor que se dedicó a escribir sobre los humildes, no desea ahora ayudar a los alumnos de la universidad pública? 
Estos trabajos de encargo, solo en el fondo para aprobar una materia. Además de los desafíos que se planteen para lograr la tarea, creo que la idea es que el alumno tome contacto y conozca a gente que tiene experiencia en lo que futuramente espera trabajar. Concluyendo, algo no cierra en todo esto sobre la respuesta del director de la revista Anfibia. Respondiendo a chicos de la Universidad de Buenos Aires que no lo hubieran conocido de no ser por esta bendita facultad de comunicación.

miércoles, octubre 09, 2013

Todo tiempo pasado fue anterior.


(Nota originalmente escrita para taller de expresión III-Gráfica)
Todo lo acontecido no fue mejor ni fue peor, por lo menos es así como lo muestra Marcelo Larraquy en la presentación de su último libro, Los 70, una historia violenta, en la sala Victoria Ocampo en el marco de la Feria del Libro, durante el último mes de mayo, en la Rural de Palermo.
El autor llegó acompañado de su familia, y agradeció a todos los que se acercaron para compartir esa presentación. El salón se encontraba medianamente concurrido. El rojo era un color predominante en el lugar, contrastando con el blanco cremoso de las paredes. El banner de la editorial Aguilar, las tapas de los libros expuestos sobre la mesa, todo parecía una referencia cromática a la década tratada.
Este libro es el cierre de una trilogía histórica: “iniciada con Marcados a fuego y continuada por De Perón a Montoneros” diría Fabián Bosoer, el primer orador, también escritor y periodista. Esta obra es el resultado y conjunción de un trabajo de diez años. Un libro que cierra esta regla de tres, con los diez años más cruentos de la historia argentina.
Esta violencia “está ligada a nuestra historia política. Una década que recortamos del 73 al 83, con el retorno a la democracia.”, en palabras del creador de esta obra periodística.
El problema de este periodo histórico fue el cruce de diferentes signos políticos-partidarios, antagónicos en su mayor parte. La dificultad para la realización de esta obra fue “como periodizar el tema y la historia” comentó el autor al explicar los pormenores para abordar este tema.
El libro lleva al lector en sus 15 capítulos y 350 páginas por “un derrotero, un itinerario de la violencia, con precisión de cirujano” acotó Fabián Bosoer, como colega y amigo del autor, co-presentador.
Hoy, a cuarenta años exactos de donde recorta el libro, la historia se vuelve una arena de discusión política. Algo que el autor aclara que intentó evitar, “no queríamos hacer una novela donde hubiera héroes o villanos. Donde se hiciera una lectura tendenciosa.”
Cuando surgió la ronda de preguntas, quien primero levantó la mano fue un hombre que seguía al autor desde tiempo atrás. Una de las preguntas más clásicas estuvo presente: “¿Cree que cambió su ideología o su concepción de la historia desde que empezó a escribir sobre ese periodo histórico? Desde el de Galimberti hasta este libro que está presentando.” Fue la pregunta de otro de los asistentes a la exposición.
La presentación finalizó con la firma de ejemplares, fotos con el autor y saludos afectuosos de los presentes. Uno de los tantos que se acercó a felicitar al autor, una vez cerrada la charla, fue el exjefe de gobierno Jorge Telerman. El tiempo quedó corto, para un tema que daba para debatir y comentar mucho más.
Los 70, una historia violenta, pone los hechos y el dato duro por sobre las subjetividades y las opiniones tendenciosas. Los 70 ya llevan cuarenta años en el pasado, pero este libro los vuelve a traer al hoy.