Aunque ni yo mismo lo entienda, o lo crea, te extraño
Extraño tus ojos preciosos, que reían al mirar
Extraño tu voz de nena, que decías no te gustaba
Extraño tu piel suave, que deseo me añore tanto como yo
Extraño tu sonrisa de chesire, que tan tonto me ponía
Extraño tu mano, cuyo lugar debería ser agarrada a la mía
Extraño combatir el frío de la noche y de la vida a tu lado
Extraño todo lo que compartimos en un pestañeo.
Y aunque esa añoranza me desgarra, reconozco que extraño
alguien que no considero real o no creo que exista.
Quizás solo fue una confusión de las emociones,
o una fachada que no quise comprar,
o un simple destiempo de corazones.
A pesar de esto, es verdad que te extraño.
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