domingo, octubre 22, 2006

Hermanos de sangre, derramada.

Después de las muertes de los que considero como hermanos, un amigo que conocía hace nueve años y su esposa, también amiga, a quien conocía hace siete. Por que habría de exagerar tanto? No, no exagero. Aunque quizás el término hermano no cuaja, ya que eso requiere una cosanguineidad, y hermana ya tengo, no se me ocurre una mejor definición. El origen de esta idea, me la dio una obra de Shakespeare y la verdadera historia detrás de ella.
Cuenta la historia, o mas precisamente la leyenda, que Enrique V el rey de Inglaterra volvía de la fracasada invasión de Francia, debiendo escapar con un inferior numero de hombres. De esta manera, se dio la batalla de Agincourt, una de las contiendas más legendarias en la guerra de los cien años, aparte de las que libró Juana de Arco. Enrique V fue inmortalizado en la obra homónima del Bardo. Enrique estaba con pocos hombres, cansados, sin avituallamiento y perseguido por el enemigo. En el momento decisivo, dicen los que cuentan leyendas, que el rey les dijo a sus hombres: “Hoy es día de San Crispín, aquel que derrame su sangre conmigo en este día, lo considerare mi hermano. Cuando vuelvan a Inglaterra podrán mostrar sus cicatrices y decir que pelearon junto al rey, el día de San Crispín.” Y así dicen que fue.
Hace dos años, todos ya saben hasta el hartazgo lo que me ocurrió (y si no, no te interesa), mucha gente demostró su verdadera naturaleza para bien o para mal. En esa “batalla de Agincourt” personal que yo tuve que librar, hubo muchos que la “sangraron” conmigo. De hecho, Mariano y Román dieron literalmente su sangre por mí. Pero todos los que mostraron su buen espíritu en mi pelea, incluso gente que no lo esperaba, de ahí en más los considere como si fueran hermanos. Un círculo de gente que importaba y el resto del universo que cayera al abismo. Si tuviera que salvar un grupo de veinte personas en un barco, yo ya tenía elegidos a los que salvaría. Sebastián y Mariana eran de ese grupo, los consideraba como hermanos, y ahora que he perdido a esos dos hermanos, ya no tendré una sobrinita como hubiera sido Micaela. De toda la gente a la que le pudo haber pasado, tenía que ser a mi grupo de hermanos en el campo de batalla? Sigue siendo el doble de injusto. Los extraño hermanos. Y la única forma que se me ocurre de rendirles homenaje y llorarlos, es escribir. Soy el mejor en lo que hago, y lo que hago es escribir.

No hay comentarios.: